Empresas como Google, Facebook o Amazon comenzaron siendo proyectos por los que prácticamente nadie estaba dispuesto a apostar
A la hora de emprender, siempre se ha hecho hincapié en que una de las cosas más importantes es poseer una buena idea que ayude a convertir nuestro negocio en un éxito. Sin embargo, muchas de las grandes empresas que todos conocemos han sido el el resultado de ideas que habrían parecido ridículas si las hubieras escuchado antes de verlas en acción.
El éxito de compañías como Google, Facebook o Amazon y productos como el sistema operativo de Apple iOS o el navegador Firefox son hoy en día indiscutibles, pero tal y como cuenta Manuel M. Almeida en su bitácora «Mangas Verdes», en el momento de ser creados no parecían ser ideas revolucionarias.
Así, los creadores de Dropbox decidieron inventar una solución para sincronizar e intercambiar archivos a pesar de que en el mercado había ya una docena de ellas que nadie usaba. La herramienta sólo haría una cosa bien, y el usuario tendría que mover todo su contenido para poder usarlo. Y precisamente ese fue el secreto de su éxito.
Otra idea que parecía condenada al fracaso era el sistema operativo iOS, incapaz de ejecutar ninguna de las millones de aplicaciones desarrolladas para Mac OS, Windows o Linux. Sólo Apple podrá crear aplicaciones para él. Millones de unidades de iPhone y iPads vendidas avalan su éxito.
En el caso de Google, la revolución consistió en construir el vigésimo buscador del mundo en un momento en que la mayoría de los otros habían sido abandonados por ruinosos, despojándolo de todas las noticias con publicidad y de las características de un portal para que el usuario no se distrajera de lo que realmente importaba.
Estas simpáticas definiciones, junto con las de otros 15 ejemplos de éxitos empresariales entre los que se encuentran servicios de referencia como Twitter, PayPal, Instagram o LinkedIn son parte de la respuesta a una pregunta de Quora que trata de demostrar que, en ocasiones, hay que saber ver más allá que el resto para lanzar los productos adecuados en el momento preciso. Incluso aunque todo parezca indicar que van contra la lógica